Luego de incursionar en el mundo de las catas de whisky,
probando el Jameson Black Barrel (que si no leíste la nota completa haz click aquí) hoy retomo
esta sección que pienso que se va a volver un habitual en el blog, aunque hoy
les traigo la cata de un whisky bastante particular... El Chivas Regal Mizunara.
Esta expresión de la casa Chivas Regal, nace
hace un par de años atrás como un homenaje de Chivas a la cultura del whisky
japones, muy en auge últimamente, que tiene algunas particularidades propias
del país nipón.
La propia marca escocesa cuenta que
para afinar el whisky, se han utilizado barricas fabricadas con madera de roble
de mizunara (De ahí el nombre de la expresión en cuestión), que es una madera
procedente de Japón, pero que tiene algunas peculiaridades, como lo son el alto
contenido de agua en la madera, que hace que sea muy difícil de trabajar con
ella, y no es una madera ideal para crear barricas, ya que son muy propensas a
las fugas de contenido, también, se dice que este roble, es extraído de árboles
de gran edad, lo que hace que sean barricas de un alto costo, valiendo de 2 a 3
veces más que las barricas de roble americano. Otro dato importante es que como
la barrica de mizunara solo se utiliza para darle un finish al whisky, esta no
se carboniza ni se quema por dentro.
Esta botella es un blended scotch whisky que
según el sr. Ken Lindsay cuenta entre sus maltas, algunas provenientes de
la destilería Glenburgie junto con whisky de grano y que no tiene declaración
de edad aunque según este embajador de la empresa Pernod Ricard esta hecho de
destilados de 12 o más años y viene presentada en una caja de cartón, de color
verde agua con inscripciones en tonos dorados, y con la firma del master
distiller Colin Scott, el líquido está al 40% de alcohol, y podemos observar la
presencia de colorante color caramelo para homogeneizar el color. Ya en la
copa, notamos un pequeño golpe de alcohol que se disipa rápidamente para dejar
paso a notas muy frutales, que nos recuerdan a vainilla, a cítricos como la
naranja, y a fruta amarilla como el durazno y algo de pera muy madura. Una vez
que ingresamos al paladar, vemos que es un líquido ligero y con gran suavidad, con
gran dulzor, y para nada astringente, yo diría que es un whisky muy redondo,
donde no hay matices que ataquen la boca o que destaquen sobre otros sabores,
podemos percibir notas que recuerdan a la cascara de naranja, vainilla y
especias algo picantes, que son una de las características del roble en el que
se finalizó este whisky, el final es un final medio, no muy largo, pero que
invita a beber otro sorbo.
En conclusión y
en mi opinión personal creo que es una gran expresión de la marca Chivas, que
rinde honor a las técnicas utilizadas en la industria japonesa del whisky pero
sin dejar de lado su herencia escocesa, es un muy buen whisky, diferente a lo
que podemos encontrar usualmente, me gustaría poder compararlo con un whisky
100% japones para observar las similitudes y diferencias entre ambos, pero aún
no he probado ninguno así que es una cuenta pendiente.
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