Luego un buen tiempo sin
escribir reseñas debido a problemas técnicos (mal funcionamiento y upgrade de
computadora) vuelvo con un plato fuerte... un whisky que no podía encontrar en
mi ciudad hasta que di con Mati y Máxi, de Menos Uno, un tienda de bebidas ubicada en Córdoba,
quienes me trataron muy bien y siempre con la mejor predisposición y que justo tenían
un par de ejemplares a la venta.
Como el titulo bien dice, hoy se trata del Glenfarclas 12 años, un single
malt de la región de Speyside, que viene embotellado al 43% madurado exclusivamente
en roble europeo que antes contuvo vino de jerez, esta destilería data desde
1836 cuando fue fundada por George Hay, quien luego vendió su propiedad y la
dejo en manos de la familia Grants allá por el año 1865 quienes aún son los
poseedores de la destilería.
Esta destilería de índole casi familiar se caracteriza por invertir muy poco
(por no decir absolutamente nada) en publicidad, destinando las ganancias
producidas a mejorar sus instalaciones, como dato curiosos existe, de hecho,
una historia que dice que al momento de pintar el warehouse (el depósito) el
dueño de la compañía, averiguo que la pintura más barata era la de color rojo,
por tal motivo, y con el objetivo de no desperdiciar dinero en trivialidades,
el warehouse fue pintado de color rojo, y hoy lo podemos observar en las
puertas de la destilería que mantienen el mismo color. Otra particularidad es
que todos sus whiskies son madurados en barricas de roble europeo ex jerez.
Ya metiéndonos más en esta expresión
propiamente dicha, observamos que viene en una botella de color translucida, y
que en la etiqueta nos da algo de información tanto sobre su edad, los
importadores según el país y la composición, que efectivamente es un single
malt de origen escoces.
Nariz: Creo que este es uno de los
puntos más fuertes que podemos destacar de esta expresión, con un aroma muy
perfumado, donde apreciamos notas obvias de jerez, de fruta muy madura, dátiles
pasas, budín de pasas, algo de cuero, y malta, en fin una nariz muy compleja y
divertida al momento de catar.
Paladar: Lo primero que percibimos es
una gran textura, algo densa y muy sedosa, tal vez por sus 43% de alcohol, con
una gran sensación en la boca. luego sentimos notas apenas dulces, luego un
suave y muy particular picor en los lados de la lengua que, aunque se percibe,
no es invasivo, ni enmascara ningún sabor del espirituoso. Dentro de las notas
que podemos encontrar aparecen notas a jerez, fruta roja cocida, o en compota,
algo maltosos, y muchas notas que percibimos en la nariz pasan al paladar algo
que me sorprendió, ya que es el primer whisky que pruebo al que le sucede esto.
Si le agregamos unas dos a tres gotas de agua, podemos descubrir alguna nota
herbal y casi amarga, que particularmente no me gusto.
Final: Aquí notamos un final largo, con
muy buen retrogusto que no deja picor pero que si notamos que nuestra
garganta se entibia, pero no a niveles molestos ni desagradables, sino que como
dejando rastro de que paso un muy buen whisky.
Para cerrar esta cata, y
como conclusión, diría que hasta ahora y en mi
corta experiencia catando whiskies, este Glenfarclas me ha sorprendido, y lo
catalogo como uno de los mejores destilados que probé, tanto por su calidad
como por su complejidad y el nivel de sus sabores al degustarlo, así que si
tienen oportunidad de probarlo yo les recomendaría que no la desaprovechen, ya
que es una magnifica expresión llena de grandes matices y sabores.
Si el post fue de tu agrado, no
olvides suscribirte haciendo click en el botón
que dice suscribirse y así te enteraras antes que nadie de los nuevos post del
blog, también puedes seguirme en mis redes sociales, como Facebook e Instagram
SLÁINTE!
Comentarios
Publicar un comentario